La Navidad ha pasado, y aunque el espíritu festivo sigue flotando, llega el temido momento de desmontar el árbol. Entre todos los adornos, las luces son el mayor reto: siempre terminan enredadas, desordenadas y con la mitad de las bombillas parpadeando como si fueran un código Morse. Pero no te preocupes, aquí tienes una guía sencilla para retirar las luces del árbol sin perder la paciencia ni el estilo.
1. Prepárate como un profesional
Antes de tocar una sola luz, asegúrate de tener todo listo. Necesitarás:
- Cajas o bolsas herméticas para guardar las luces.
- Bridas reutilizables o cintas para evitar enredos.
- Un poco de paciencia (este es el ingrediente clave).
Ten un espacio despejado cerca del árbol para ir colocando las luces de forma organizada mientras las quitas.
2. Desconecta y evalúa
Lo primero es desconectar las luces. Sé que parece obvio, pero todos conocemos a alguien que empieza a desmontar con las luces todavía encendidas. Una vez desconectadas, verifica si alguna bombilla está rota o si hay cables en mal estado. Y oye, si ves que no funcionan bien, ya te has ahorrado los próximos pasos: directamente puedes tirarlas y empezar con unas nuevas el próximo año. Así evitarás sorpresas desagradables el próximo año.
3. Quítalo con calma y en orden inverso
Empieza retirando las luces desde la parte superior del árbol y ve bajando poco a poco. Este método es mucho más fácil que intentar deshacer el enredo desde abajo. Mientras las quitas, enrolla el cable en forma de espiral alrededor de tu brazo o un trozo de cartón. Esto ayuda a mantenerlas organizadas y listas para guardar.
4. Guarda las luces como un experto
Una vez que tengas las luces desenrolladas, échale un momento a organizarlas bien. Usa bridas reutilizables o cintas para asegurar el cable en varias secciones. Luego, guárdalas en una caja o bolsa hermética para evitar que se enreden o se dañen. Si tienes tiempo, etiqueta las cajas para saber qué luces son para el árbol y cuáles para otros decorados.
5. Aprovecha para revisar y limpiar
Con las luces fuera del árbol, este es un buen momento para revisar el estado general de los adornos y el propio árbol (si es artificial). Retira cualquier resto de polvo o brillos con la aspiradora, para que no queden restos de nada y guarda todo en sus respectivas cajas.
Y así, con un poco de organización, puedes despedirte de tu árbol navideño sin acabar enredado en cables ni perdiendo la paciencia. ¡Hasta el próximo diciembre!